James L. Brooks es un productor de televisión americano que en la década de los 80 pidió al caricaturista Matt Groening una serie de cortos animados para un programa de sketches cómicos. Para ello, Groening decidió crear una familia con un enfoque realista, por lo que se inspiró en su propia familia. Así fue como le dio vida a los personajes de los Simpsons: Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie.

Tras el éxito inicial idearon una serie independiente, naciendo así en 1989 «Los Simpsons», una serie que ha perdurado a lo largo de los años, convirtiéndose en una de las más longevas y queridas de la televisión. Los creadores han contado en numerosas ocasiones que además de utilizar referencias sociales, politicas y populares, en la mayoría de las ocasiones eran las experiencias personales de los escritores, anécdotas familiares y situaciones de su vida real las que incorporaban a la serie de forma humorística.

Estoy segura que, como yo, también has vivido situaciones de pareja o familiares dignas de ser contadas en cualquier serie de televisión. Muchas veces ni sabemos muy bien cómo hemos llegado ahí. La rutina, las responsabilidades, el ritmo frenético en el que muchas veces nos vemos involucrados… todo ello hace que entremos en dinámicas familiares y de pareja que nos resultan incómodas, nos agotan y no vemos la forma de volver a aquello que nos hacía sentir mejor.

Lo positivo es que nosotros no tenemos un guión que seguir, por lo que podemos hacer algo para cambiar esas situaciones que nos llevan a no sentirnos cómodos en nuestra relación de pareja y/o familiar.